“Aunque La lactancia materna y la leche materna son incomparables en cuanto a composición, propiedades inmunitarias y resultados en salud y el desarrollo de los(as) lactantes, la comercialización de fórmulas lácteas comerciales para su uso durante los primeros 3 años de vida ha afectado negativamente el ecosistema de la alimentación de lactantes y niños pequeños. Las ventas de estas fórmulas se acercan a los 55 000 millones de dólares anuales. Hoy en día, lactantes y niños pequeños más que nunca se alimentan con fórmulas ultraprocesadas.” (Rollins N, Lancet Breastfeeding Series Group. Marketing of commercial milk formula: a system to capture parents, communities, science, and policy. Lancet. 2023 11;401(10375):486-502. )
El 21 de mayo se conmemora en muchos países, el día Mundial de la Protección de la Lactancia Materna, impulsado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Esta conmemoración representa un llamado a visibilizar los desafíos que enfrentan las mujeres y las familias expuestas a presiones comerciales de las empresas productoras de fórmulas lácteas. Pero este tipo de estrategia no solo es responsabilidad de las empresas; el Estado también tiene un rol preponderante, ya que estas estrategias se dan en un contexto en el que existen legislaciones insuficientes, entornos laborales no aptos e información inadecuada y parcial, tendiente a proteger la lactancia materna. Todo lo anterior promueve que las mujeres duden de su capacidad para dar de mamar y tomen decisiones con la información inadecuada y no basada en la evidencia.
El Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna que desde 1981, fue adoptado por la Asamblea Mundial de la Salud, en respuesta a las prácticas agresivas de comercialización de fórmulas infantiles. Hoy en día, la gran amenaza es el marketing digital, que con la publicidad busca influir en las decisiones de consumo y que, además, llega de manera directa a las mujeres y sus familias.
A través de las redes sociales, influencers y anuncios dirigidos por algoritmos, las empresas de productos de sucedáneos, que hasta ahora no están reguladas por el Código, están influyendo negativamente en las decisiones de las mujeres y sus familias, aprovechando para presentar fórmulas y productos como soluciones inmediatas, sugiriendo que la leche materna “no es suficiente”. Esto disminuye la confianza de las madres en su cuerpo y en su capacidad de amamantar.
Por ello, es URGENTE abogar para que se incorpore una nueva Resolución al Código y de esta manera, poder regular y sancionar. Esperamos que en esta 78° Asamblea Mundial de la Salud 2025 logre ser aprobada, ya que, justamente, esta semana, se encuentra en tabla para ser votada por los Estados miembros.
Sabemos que la cultura y el entorno social juegan un rol fundamental en la experiencia de lactancia y, según como sea ese contexto, en la confianza que tengan las mujeres en su capacidad de amamantar o no. Por lo tanto, los equipos de salud que se dedican a apoyar y a acompañar a las mujeres en este período tan sensible, debieran proteger la lactancia materna de forma clara y enérgica, a través de las siguientes medidas, como parte del plan de acción:
a) Respetar el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna, libre de conflictos de interés, asegurándose de no estar influenciados por la industria.
b) Educar a las mujeres y sus familias de forma imparcial y basada en evidencia, acerca de los beneficios de la lactancia materna y los riesgos de no amamantar.
c) Entregar información actualizada y basada en la evidencia de los derechos de amamantar.
d) Respetar las decisiones de la madre y su familia, de manera informada.
e) Apoyar emocionalmente a las madres y derivarlas, cuando sea necesario, a grupos de apoyo de pares.
¿Qué podemos hacer como sociedad?
Crear espacios amigos de la lactancia o salas de lactancia en los lugares de trabajo, como parte de las políticas públicas de apoyo y protección a la lactancia materna, además de fiscalizar a las empresas que violan el Código. También, es clave entregar herramientas a las mujeres y sus familias para identificar la publicidad encubierta; enseñarles a distinguir entre información basada en evidencia y contenido patrocinado por la industria y fortalecer su confianza, a través de redes de apoyo y educación en alfabetización digital, para que puedan navegar en un entorno virtual saturado de desinformación sin perder su autonomía.
Proteger la lactancia materna es proteger el derecho de cada madre y cada niño a una vida saludable, libre de presiones comerciales. Es una responsabilidad compartida que exige vigilancia, compromiso ético y acción coordinada de toda la sociedad. ¡Vamos todas y todos a la acción!
Por: Paola Gaete Hermosilla y Gerardo Weisstaub.