Con un Índice de Precios al Consumidor acumulado por más de un 13% en lo que va de 2022, la cena de año nuevo se ve limitada para gran parte de las familias a nivel nacional. Bajo ese escenario, académicos y académicas de la Universidad de Chile, entregan recomendaciones para cuidar la alimentación y el bolsillo.
El periodo de fiestas de fin de año conlleva la realización de diferentes ritos sociales, entre los que destacan las cenas familiares. De acuerdo con el Instituto de Nacional de Estadísticas (INE), la escalada de precios anualizada de los alimentos presentó un incremento del 24% en 2022 producto de la inflación. Es por ello que, especialistas en alimentación de la Casa de Bello, abordaron las principales recomendaciones al momento de planificar las comidas, considerando el escenario que enfrenta el país.
¿Cómo alimentarse en estas fiestas?
“Chile observa con preocupación algunos de los efectos de la globalización sobre las prácticas alimentarias y los cambios en los estilos de vida de las personas”, de acuerdo con la Guía Alimentaria para Chile presentada por el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Chile (INTA), que busca orientar la alimentación de la población chilena con el objetivo de conseguir bienestar en la salud de las personas.
Bajo este escenario y en el marco de la alimentación en periodo de fiestas, la académica de la Facultad de Medicina e integrante del Grupo Transdisciplinario de Obesidad en las Poblaciones (GTOP), Patricia Gálvez, mencionó que las fiestas de cena de fin de año son eventos “culturalmente importantes, en donde la comida tiene un lugar privilegiado y, por ende, la culpabilidad por salirnos de la alimentación que nos ha indicado algún profesional de la salud como parte del tratamiento debería evitarse”.
En esta línea, el académico del Departamento de Atención Primaria de la Facultad de Medicina e integrante de GTOP, Daniel Egaña, afirmó que “las fiestas suelen ser momentos de consumo anormal, por lo que no podemos pedirle a la gente que siga una dieta cotidiana. Es esperable que existan excesos y desregulaciones”.
Por ello, la profesora Gálvez explicó que en el caso de las personas con enfermedades crónicas, “si bien son variadas y la alimentación puede tener diversos efectos dentro de la salud de quienes las padecen, restringir y exigirles que se autocontrolen en estas fechas es algo que podría generar más culpa y estrés en las personas y sus familias, lo que también podría ser contraproducente para el tratamiento”.
Asimismo, la académica del Departamento de Nutrición e integrante de GTOP, Daniela Nicoletti, invitó a la población a buscar opciones adaptadas a personas con alguna patología de base, haciendo “un equilibrio y no dejar de disfrutar, es decir, no comer en exceso, pero tampoco restarse”. A lo que sumó que, “no esté todo el mundo consumiendo un asado y la persona enferma esté comiendo dieta. Si hay un asado, un hipertenso puede comer un trozo de carne sin sal o usar otro tipo de condimentos, como el orégano y el tomillo”.
Por su parte, la investigadora del INTA, Angélica Reyes, indicó la importancia de asegurar la calidad de los productos, “comprando en lugares establecidos que cumplan con las condiciones sanitarias para el expendio de alimentos. Además, es necesario almacenarles a temperaturas adecuadas, ya que la temperatura ambiente que se alcanza en verano es una condición que favorece la multiplicación de las bacterias”.
Consideraciones económicas y de temporada
La situación actual que enfrenta el país en materia económica también ha repercutido en el acceso a la alimentación que pueda tener la sociedad chilena. En este sentido, la recomendación alimentaria es a considerar las opciones que entregan los productos veraniegos de fácil acceso y a planificar las compras para reducir gastos.
Ante ello, la especialista del INTA, Angélica Reyes, recomendó “preparar cantidades justas de los alimentos y si sobra, guardarlos rápidamente en recipientes limpios y bajo refrigeración. En general, los alimentos que han pasado por procesos de cocción pueden durar en buen estado al menos tres días bajo refrigeración y si se congelan estos pueden durar incluso más de un mes”.
Integrantes del Grupo Transdisciplinario de Obesidad en las Poblaciones también se pronunciaron ante estos factores. La profesora Gálvez, mencionó la importancia de enfrentar las altas temperaturas con hidratación a la mano, la cual debe ser libre de azúcares para cumplir su objetivo.
A su vez, la académica llamó a organizar las compras colectivamente para abaratar costos, comprando los alimentos “en ferias libres, o mercados tipo Lo Valledor y La Vega, lo que ayudará al bolsillo de las familias”.
Por su parte, el investigador Egaña llamó a preparar los alimentos de forma personal, evitando las compras de comida elaborada, pues “al cocinarlos nosotres, podemos controlar que no tengan tanta cantidad de azúcar, sal o materia grasa. Si en vez de tener una torta tenemos frutas de temporada, además de ahorrar, las personas con alguna patología crónica podrán comer con mayor tranquilidad”.
Finalmente, la psicóloga Nicoletti, agregó que lo ideal es planificar el menú de la cena en base a alimentos de temporada. “Hay comidas saludables que si son más baratas que alimentos no saludables. Por ejemplo, las legumbres que pueden ir en distintos formatos. Ahora pueden ir en ensaladas, ya que producen harta saciedad y son buenos alimentos del punto de vista nutritivo, con minerales y vitaminas y sin un alto número de calorías”, explicó.
Recomendaciones generales
Finalmente, especialistas de la Universidad de Chile orientaron el consumo de alimentos de fin de año a partir de una serie de recomendaciones que permitan generar una buena instancia de celebración y evitar malos ratos asociados a enfermedades por ingesta de alimentos o líquidos.
- Tener conciencia de la presencia de bacterias u otros microorganismos en los alimentos, las cuales pueden afectar la salud de las personas. Las bacterias se multiplican a temperatura ambiente, por lo tanto, debemos evitar dejar las preparaciones en condiciones de calor.
- Lavar bien las manos antes de manipular los alimentos, y que el área de preparación se encuentre limpia.
- Comprar alimentos en buen estado, en lugares establecidos y usando agua potable para su preparación.
- Cocer completamente los alimentos crudos
- Evitar la contaminación cruzada, es decir, que los alimentos que no se preparan, como frutas o verduras, tengan contacto con carnes crudas. En caso de trozar una carne en una tabla, esta se debe lavar y desinfectar bien antes de procesar en ella vegetales.
- Mantener alimentos a temperaturas adecuadas: refrigerar (4ºC), congelar (-20ºC) o mantener sobre 65ºC.
- Evitar excesos, especialmente los relacionados con el consumo de alcohol.
- Tratar de incluir frutas y verduras, en todas las comidas.
- Consumir agua habitualmente, no olvidando la importancia de la hidratación.
- Tener precaución de consumir medicamentos indicados por profesionales en los horarios y forma correspondientes. Algunos horarios de alimentación cambian en estas fechas, así como las cantidades, por ende, se debe tratar de adaptar los medicamentos a estos cambios. En caso de dudas, consultar a un profesional.
Por: Comunicaciones VID
Publicado originalmente en Noticias UChile