Halloween es la deformación de “All hallow´s eve”, que se traduce como la “víspera de todos los santos”. Esta fiesta responde a una cristianización de una celebración Celta llamada “Samhain”, la que celebra el término del verano, junto con el fin de la cosecha. El año celta culminaba en el Samhain, donde en la noche se creía que los espíritus de los muertos regresaban a visitar el mundo de los vivos, quienes acostumbraban a dejar comida afuera de las casas en forma de ofrenda.
En Chile, hoy en día Halloween se celebra de manera esperada y entusiasta, se buscan los mejores disfraces para la ansiada noche, en la cual los más pequeños van en busca de dulces a diferentes casas. Si bien, esta es una tradición que comenzó con fuerzas en Chile desde ya hace un par de años, debemos replantearnos su significado y prácticas, sobre todo considerando el alto consumo de dulces y azúcar al que están expuestos los más pequeños.
Con respecto a las ofrendas de dulces, Halloween es una excelente oportunidad para tomar conciencia y replantearse sobre el excesivo consumo de alimentos con alto valor calórico y bajo aporte nutricional, como son los dulces. Si bien es una noche al año, vivimos en un ambiente obesogénico, que predispone a que día a día adultos, niñas y niños consuman más calorías de las que están gastando, por lo que podríamos hacer un pequeño giro en estas costumbres, especialmente considerando que la población infantil en Chile tiene una de las prevalencias más altas de obesidad en el mundo.
Halloween es una oportunidad para concientizar sobre la importancia de leer los sellos de advertencias de los alimentos, oportunidad también para disfrutar de la rica variedad de frutas que tiene nuestro país, pero al que lamentablemente no toda la población tiene acceso, por lo que es necesario fomentar políticas que garanticen el acceso a frutas y verduras en todo el territorio nacional. Sabemos que las niñas y niños (y adultos también) disfrutaran de los dulces recibidos en la noche de Halloween, pero seamos conscientes de la importancia de regular el consumo de este tipo de alimentos.
A los cuidadores de los niños y niñas, recomendamos regular el consumo de este tipo de productos, por ejemplo, porcionando los dulces o llegando a acuerdos conjuntos sobre la cantidad adecuada de ingesta al día, enseñándoles a compartir y sobre todo, que en el día a día su alimentación no contenga este tipo de productos, dar una connotación positiva a los alimentos nutritivos desde el punto de vista de sabor y terminemos la noche de Halloween en una cena familiar con preparaciones caseras, fomentando el consumo de comida local y platos tradicionales, con una conversación con nuestra familia y recordando a nuestros antepasados.
Unir lo mejor de disfrutar estas fiestas con una comida en casa e historias familiares de los que ya no están con nosotros, puede resultar en una velada inigualable.
Por: Natalia Gómez San Carlos
Publicado originalmente en diarioUchile